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En España, el transporte público es una opción preferida por muchos ciudadanos debido a su eficiencia y coste razonable. Las ciudades principales como Madrid y Barcelona disponen de extensas redes de metro y autobuses que cubren la mayor parte del área urbana. Por ejemplo, el Metro de Madrid es conocido por su amplia cobertura, siendo uno de los más largos de Europa, con más de 300 estaciones. A su vez, el sistema de autobuses en Barcelona regido por TMB ofrece rutas que llegan incluso a las zonas más recónditas de la ciudad. Los billetes sencillos suelen ser económicos, pero existe la opción de adquirir abonos mensuales o anuales que ofrecen tarifas reducidas por uso ilimitado. Además, varias ciudades cuentan con programas de bicicletas compartidas, como Bicing en Barcelona, que permiten a los usuarios alquilar bicicletas por períodos cortos. Sin embargo, durante las horas pico, los servicios de transporte pueden estar congestionados y es posible que necesites planificar tu viaje con anticipación para evitar retrasos. En cuanto a los trenes, RENFE opera servicios de alta velocidad, como el AVE, que conecta Madrid con otras ciudades principales como Sevilla y Valencia a velocidades de hasta 310 km/h. También es importante mencionar que buena parte del transporte público es accesible para personas con movilidad reducida, contando con elevadores y rampas en las estaciones más modernas. Recientemente, se han implementado medidas para mejorar la sostenibilidad del transporte público, con la incorporación de vehículos eléctricos y la promoción de combustibles menos contaminantes.